Para este reto teníamos 2 opciones, he elegido hacer una mezcla de las dos, una introspección sobre que podemos hacer para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres, y para hacerlo os presento una imagen de un cuadro, de estilo libre, pero que expresa muchas cosas.
" La vida de las mujeres, un camino de rosas".
Eso es lo que muchas veces nos quiere vender la sociedad, pero la realidad es diferente. La mujer siempre ha tenido que hacer un gran esfuerzo para conseguir sus metas, y aunque hemos avanzado mucho, cada peldaño en la progresión de derechos ha sido tan difícil como muestra el cuadro. Pues las mujeres llevan una pesada carga, una carga dorada, que podrían ser los roles que tiene en la familia, la familia vale oro. Y todo ello lo consigue bajo el ojo crítico de la sociedad. Seamos justos y admitamos que no se ve igual el comportamiento de un hombre que el de una mujer. Por si no fuera bastante, lo tiene que hacer bajo la dictadura del tiempo, el reloj biológico ejerce una gran presión social sobre las mujeres. Eso a los hombres no les pasa. Un reloj de dos esferas cargado de manecillas, que marcan los tiempos de las distintas expectativas, muchas de ellas autoimpuestas y otras adquiridas por el trabajo, la vida y el entorno. Si a esto le añadimos los estereotipos, unos sobre la imagen,"hay que tener buen aspecto" y otros de que la mujer "calladita" está mas guapa, pues tenemos ya el cuadro completo. Solo cuando te enfrentas a la realidad ves las dificultades. Aun así son muchas las personas, sobre todo hombres, que piensan que la vida de la mujer es de color de rosa. Por eso hay voces que dicen que ya está todo conseguido, que la igualdad ya es total. Son dos puntos de vista que se dan al mismo tiempo. Unos ven las rosas y otros el esfuerzo. Cuando las mujeres consiguen hitos importantes en roles que hasta entonces eran propios de hombres todo el mundo lo celebra, son las rosas, pero solo las protagonista saben del camino, de los peldaños a subir, muchas veces sin apoyos y con muchas trabas, con las manos atadas.
Por todo esto, dese la propia Administración, los empleados públicos tenemos un papel importante a la hora de impulsar la igualdad entre mujeres y hombres.
Para ello la formación es esencial, debemos conocer las medidas públicas que pueden corregir las situaciones de desigualdad y ayudar a solventar obstáculos que colocan en desventaja ante una misma situación a las mujeres frente a los hombres. Al mismo tiempo tenemos que saber identificar esas situaciones desde nuestro puesto de trabajo y saber cual es el modo en que se deben tratar. Conocer los protocolos de actuación.
En la atención al público, informando de forma proactiva sobre las medidas que correspondan y con una visión de transversalidad, utilizando un lenguaje inclusivo. Pensando siempre que son muchas las personas con las que tratamos, todas diferentes unas de otras, y también sus necesidades.
En nuestro trabajo, debemos fomentar la eliminación de cualquier tipo de discriminación, y trabajar para impulsar medidas en el ámbito laboral que contribuyan a la igualdad real. En la mayoría de los casos las mejoras adoptadas por la Administración son trasladadas a la empresa privada. Teniendo un efecto positivo, y contribuyendo a una sociedad mas justa.
Sabemos que aún queda mucho camino, pero si somos responsables y comprometidos en la eliminación de barreras que impiden esa igualdad entre mujeres y hombres, podremos alcanzar un mundo mas justo e igualitario para todos.